El microcuento del escritor Diego Muñoz está escrito en 11 líneas. ¿Es un nuevo 11?

Los que crearon los enormes problemas se encierran a resolverlos en soledad, mientras el pueblo reclama afuera. Como la protesta de los externos perturba a quienes están dentro de palacio, mandan policías a reprimirlos con brutalidad. Dentro del castillo suntuoso, los gobernantes diseñan leyes que proscriben las expresiones de crítica: pavorosos delitos contra el orden establecido. Y elaboran otras leyes que aumentan las facultades de los más poderosos para que el país crezca. No les agradan los gritos, ni las marchas, ni las barricadas a los que están dentro del edificio; porque no les permite disfrutar de sus bien ganados privilegios, como establece la constitución vigente. Afuera cada vez se junta más gente. Adentro se van quedando solos, muy solos. Cualquier analogía con la realidad es mera coincidencia.