Luna saliendo sobre el mar (1822). Autor: Caspar David Friedrich
¿Cuándo se conoce a alguien? Las historias nos unen, nos permite compartir las vivencias pese a no haber cruzado palabra. Antonia Cohen nos dice que ello es posible: “No, no te conozco pero sé quien eres”.
Somos desconocidas, pero ni tanto, de alguna u otra forma ya nos hemos visto antes. En un último ascensor del día saliendo de una oficina pública o a lo mejor en la fila del banco o a punto de tomar un vuelo… Lo cierto es que este país es una aldea y a pata pelá vamos dejando huellas por todas partes, aunque no se vean. Caminamos sobre cadáveres, todos los días caminamos sobre cadáveres, hieden y el hedor se cuela por el tubo del aire acondicionado que transita en rotativo durante todas las horas que dura la jornada laboral.
No, no me conoces, pero te puedo decir quién soy yo, soy esa que nunca supo que su papá llegaba a decirle buenas noches con las manos cargadas de humillación y tortura. Con una que otra manchita de sangre en la suela de la bota o en el nudo de la corbata, marcas perversas de las mujeres que violentó. Soy esa que siempre le tuvo miedo a ese hombre que en la casa era autoridad, soy esa que en el fondo siempre supo que algo ocultaba.
En cambio tú, eres esa que creció sin conocerlo porque lo mataron antes que tú nacieras. Que acompañaste a tu mamá a todas las oficinas públicas y judiciales necesarias para encontrarlo. Esa que tuvo que salir arrancando del país por miedo a que te usaran como rehén para agarrar a tú mamá.
No, no te conozco, pero se quién eres.
Seleccionar página
Comentarios Recientes