Pawel Kuczynski es un ilustrador nacido en Szczecin, Polonia. Se graduó en Bellas Artes por la universidad de Poznan, especializándose en estilo gráfico.
La crisis de los últimos dos años ha terminado demostrando que, más allá de lo coyuntural, lo que se requiere es una nueva concepción de Estado en la cual se brinde una educación gratuita, pública y de calidad. Sin duda, esta es una de las exigencias más sentidas de este proceso de cambio en Chile. La rebeldía secundaria y juvenil de los años 2006 y 2011 fueron un preludio del Estallido Social del año 2019 y también de esta exigencia de cambio. A continuación, Hoja en Blanco expone los principios en los cuales se funda su concepción al respecto.
Chile necesita construir un nuevo sistema nacional de educación pública que, siendo gratuito y de calidad, dé cuenta de las necesidades e intereses individuales, comunitarios de las personas y de nuestra sociedad en su conjunto y que promueva su dignidad. El Estado chileno debe movilizar toda su experiencia política, económica, cultural y jurídica para alcanzar ese objetivo nacional.
El Estado, como expresión máxima de una sociedad organizada e independiente de los eventuales gobiernos, es el principal promotor, garante y responsable de un sistema nacional de educación pública que asegure cobertura, calidad, inclusividad y gratuidad, así como acceso permanente al sistema durante toda la vida de sus ciudadanos.
La Educación pública como bien social debe formar en y para un marco de democracia, participación ciudadana efectiva y derechos humanos, bajo el concepto de educación para la vida. Así, debe contribuir activamente a la construcción de una sociedad democrática, colaborativa, igualitaria e inclusiva, cimentada en la convivencia social y en los principios de dignidad, justicia y libertad. Deberá, asimismo, buscar un equilibrio entre economía y trabajo, aprendizaje y desarrollo humano con el fin de promover la formación de competencias sofisticadas, que sus sentidos y fines sean determinadas por las personas que son formadas y no impuestos desde las necesidades del modelo económico vigente.
La libertad de enseñanza implica que personas naturales o jurídicas de carácter privado, ejerzan el derecho a ofrecer servicios educativos distintos y/o complementarios a los que ofrece el Estado, siempre que esto se realice desde recursos presupuestarios propios, sin aportes estatales.

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