Biblioteca Nacional (Fuente: patrimonio.bienes.cl)
“Esto que empiezo a escribir no se refiere a la política ni a la economía ni a la violencia, que parecen ser los grandes temas de este minuto. Tiene que ver con el lenguaje, que nos debería permitir entendernos unos a otros”.
Esto que empiezo a escribir no se refiere a la política ni a la economía ni a la violencia, que parecen ser los grandes temas de este minuto. Tiene que ver con el lenguaje, que nos debería permitir entendernos unos a otros. Lo cierto es que el entendimiento y la comprensión se ven cada vez más lejanos. Lo que tal vez guarde relación con el lenguaje.
Nuestro idioma es el castellano, uno de los tres utilizados en España. Los otros son el catalán y el vascuence, llamado euskara en la lengua de los vascos. El catalán proviene del latín y tiene semejanzas con el castellano y el francés. El vascuence no se parece a ninguna otra lengua y para entenderlo hay que haber nacido en el País Vasco, español o francés, y haberlo escuchado desde pequeño.
Nosotros hablamos el castellano de Chile, que es bastante parecido al que hablan en España y en el resto de los países latinoamericanos. Lo que diré a continuación es válido para los hablantes chilenos. Tiene que ver con dos palabras que utilizamos a menudo: cornudo y encachado.
El significado que les asignamos no es solamente distinto, sino hasta opuesto.
Cornudo es el hombre cuya mujer le pone los cuernos, es decir, lo engaña: se mete en la cama con otro o con otros. Se utiliza sobre todo para adjetivar el sustantivo marido, pero también se le puede aplicar a cualquier varón que tenga pareja del sexo femenino, sea o no sancionada esa unión por las leyes civiles o eclesiásticas.
Encachado, en cambio, quiere decir atractivo, bien presentado. Describe a un tipo buen mozo. Se utiliza en Chile y en Bolivia.
Ahora bien, ¿de dónde derivan estos dos adjetivos?
Cornudo viene de cuerno. Encachado, de cacho.
El diccionario de la Real Academia, en su primera acepción, define cuerno como prolongación ósea cubierta por una capa epidérmica o por una vaina dura y consistente, que tienen algunos animales en la región frontal. Recién en la novena acepción dice Infidelidad matrimonial, como voz coloquial.
Cacho, para la Real Academia, es Pedazo o trozo de algo. Pero la palabra cacho registra cuatro entradas en el diccionario. La segunda es el nombre de un pez. La tercera, que es la que nos interesa, dice: cuerno (prolongación ósea), y especifica que se utiliza en América.
De manera que, para nosotros, hablantes chilenos del castellano, cuerno y cacho son sinónimos. Por lo que cornudo y encachado vendrían a ser una y la misma cosa. Así que, si alguna vez le dicen una de esas dos palabras, ni se enoje ni se sienta halagado. Dígase más bien que a veces el lenguaje resulta difícil de comprender y que acaso a eso se deba tanto conflicto político, económico o violento que nos afecta hoy en día.
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