Por Borgis Lohan

Chile en este momento parece una olla con cazuela hirviendo. Con muchos caldos de cabeza, teorías, lamentos y pesares. Quiero hacer mi aporte a la enjundia del plato preferido nacional.Opino que el domingo 4 ocurrió un golpe blando en Chile. La derecha chilena, en consulta con derechas internacionales se instruyó en cómo parar un proceso social inaceptable para ellos.

Y tenían a donde acudir. El Brexit en Inglaterra, donde empresas como Cambridge Analytics se fue directo al campo británico, interviniendo la población rural más pobre, con mentiras que de alguna forma enganchaban con el sentir de la población. Que la Unión Europea les chupaba la sangre, sin darles nada de vuelta, entre otras cosas. Ganó el Brexit ante una Europa atónita. ¡Cómo era posible! Nadie había esperado esto. ¿Les suena conocido?

Después siguieron la interdicción de Lula y Wilma y luego la victoria de Bolsonaro. Lo mismo con Trump en USA, todo a punta de mentiras, campañas de difamación millonarias, sin pies ni cabeza.Era de esperar que, en Chile, a alguien tendría que haberle empezado a sonar las campanillas del peligro.

Pero no, era la derecha inventando algunas mentiras. Y no era sólo eso. Era una campaña muy bien estudiada y orquestada de acuerdo con un plan, ya, internacional, para impedir el avance de los pueblos sublevados. Creo que es una autocrítica que tenemos que hacerles a las instituciones y organizaciones populares de este país.

Cómo no lo vieron venir, cómo no contrarrestar en lo posible la amenaza inmanente. En vez de culpar con una actitud casi matonesca, a aquellas capas de Chile más abandonadas y dejadas de la mano de Dios. Me da pudor ver tantos videos que han salido como callampas, entrevistando a un o una pobre, que se saca la mierda para sobrevivir, año a año, y que no sabe contestar a la pregunta inquisidora del entrevistador: por qué votó rechazo.

Ellos son víctimas hace más de 200 años de una oligarquía chilena, de los dueños del fundo llamado Chile, que se las han arreglado de una u otra forma para impedir que estas amplias capas tengan una educación buena, pública y laica. A partir de Pinochet con la educación pagada más cara del mundo. Ellos son víctimas, igual que nosotros, pero en condiciones mil veces más dramáticas.

Esta es una oligarquía cavernaria, literalmente. Son tanto o más incultos que las víctimas votando rechazo. Pero ellos, sí han tenido oportunidad de educarse. Aun así, todavía no llega a sus oídos que una población bien educada es provechosa para una economía de desarrollo, aún creen que eso es asunto del comunismo.

Lo dejo hasta acá. ¡Hay muchas cosas que discutir para salir de esta trampa!

Borgis Lohan