TRES CUECAS IRREVERENTES

En la que se aconseja a cierta gente, no meterse en las patas de los caballos; o el que sabe, sabe y el que no, que bata palmas, no más.

INTROITO
Nos llegó de sopetón
otra fiesta dieciochera
y empezó la tomatera
sin nueva Constitución.
Siguiendo la ¿tradición?
se inaugura cierta fonda
donde concurre la fronda
fingiendo bailar la cueca;
pero no baila, ¡chapeca!,
y cunde la trapisonda.

¡Se va la primera pata
para un pije sin corbata!

Si no sabe bailar cueca,
mejor no salga a la cancha,
porque este es un baile serio,
no el juego “a parir la chancha”.

Pa salir a la cueca,
salga con clase,
no parta altiro dando
saltos y gases.

Saltos y gases, digo,
niño rockero,
mire que está mirando
el pueblo entero.

¡Guarda, niño rockero,
que te mira el pueblo entero!

¡No hay primera sin segunda
ni cacho sin su coyunda!

Si no conoce de cueca,
no la agarre pa’l tandeo,
total, a usted lo elegimos
para hacer un Chile nuevo.

Tome clases de cueca
día por medio,
vea bailar al pueblo,
¡santo remedio!

Santo remedio, sí,
y así es la cosa,
y pida que le enseñe
Poncho Hinojosa.

Cierto, y así es la cosa,
y aprenda con Hinojosa

¡No hay segunda sin tercera
ni ministro sin cartera!

¡Que no salga a bailar cueca,
nunca, jamás, never, never!
Lamento que su instructor
haiga sido Lagos Huéver.

Hacen clases de cueca
cerca’ e su casa;
pásese de la pega
pa’ ver qué pasa.

Pa ver qué pasa, sí,
y aprenda un poco,
para no andar saltando
cual mono loco.

¡Vaya y aprenda un poco,
que el pueblo no es mono loco!

JORGE LILLO / 16 DE SEPTIEMBRE DE 2022