La palabra ‘intelectual´ está tan gastada que ya no se sabe bien a qué remite. En su opinión, ¿cómo se puede definir al intelectual?

Hace unos diez años, una foto de la agencia France-Presse dio la vuelta al mundo y generó un escándalo. En ella vemos a Edward Said, eminente profesor de literatura comparada de la neoyorkina universidad de Columbia, lanzar piedras contra un puesto de control israelí en la frontera libanesa. Era el verano de 2000. Ese gesto espontáneo de protesta no tenía nada de heroico, pero revela una toma de posición.

Usted tiene razón, la palabra ‘intelectual’ está desgastada. Todo el mundo la utiliza de cualquier manera, y a menudo asume significados diferentes. (…) Si evoqué la foto de Said lanzando piedras, -podría haber recordado también a George Orwell con el fusil al hombro durante la Guerra Civil Española o a Marc Bloch durante la Resistencia francesa-, es porque, en la historia del siglo XX, la noción de intelectual no puede disociarse del compromiso político.

Edward Said y Theodor W. Adorno, que eran refinados musicólogos, dedicaron páginas muy interesantes al contrapunto y la disonancia, una escritura musical y una forma estética fundadas sobre el contraste que sobre la armonía tonal. Son excelentes metáforas para definir el papel del intelectual. El intelectual cuestiona el poder, objeta el discurso dominante, provoca la discordia, introduce un punto de vista crítico. No solo en su obra (…) sino también y sobre todo en el espacio público”. (p. 17-17)

¿Y qué puede decirnos de lo que ocurrió en Italia?

“El caso italiano es interesante, porque Antonio Gramsci, uno de los fundadores del partico comunista italiano, es quien elabora la primera verdadera teoría de los intelectuales. Puesto en prisión por el régimen de Mussolini, escribe sus Cuadernos de la cárcel (1929-1935), en los cuales distingue entre los “intelectuales tradicionales” y los “intelectuales orgánicos”. En cuanto marxista, Gramsci no considera al intelectual como una clase, en el sentido estricto del término, ya que su función no se deriva del lugar que ocupa en la estructura económica de la sociedad: no es productor ni propietario de los medios de producción. Es un productor de conocimiento y un creador de ideas, pero no cumple esta función por fuera de la sociedad, que está dividida en clases. Por consiguiente, el intelectual expresa la visión de mundo de las clases sociales. (p.29)